Beatles Bike

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domingo, 20 de abril de 2014

Imagine no cars: ¿Cómo serían las normas de circulación si las normas las dictaran las bicis?

¿Cómo serían las normas de circulación si las normas las dictaran las bicis?

Esta pregunta me surge después de haber leído la siguiente entrada de Copenhagenize que estudia los casos de ciclistas que incumplen las normas en Copenhague.

La idea que estructura el artículo de Copenhagenize, al menos a mi entender, es que algunas de las normas de tráfico se adaptan muy poco a las características de la bicicleta, esto es, que se trata de normas para coches a las que la bicicleta se ha de amoldar, por lo que es fácil que no se cumplan, aunque se cumplen.

No me voy a meter aquí en el análisis de si los ciclistas son más o menos cívicos que el resto de los que deambulan por la ciudad. Lo que quiero hacer es un ejercicio de imaginación. Pensar en cómo serían las normas de tráfico si estas se hubieran pensado desde una óptica bicicentrista (muchos llaman al actual modelo de tráfico cochecentrista por lo que me acabo de inventar esta palabra, bueno, no, me salen cuatro usos en google).

Supongo que ya habrá muchos intentos de hacer este análisis de forma mucho más seria, pero no soy especialista en el tema y me apetecía sencillamente ponerme a imaginar. Perdón por los errores, no tengo el talento de Nostradamus, ni de Julio Verne, ni en el conocimiento de ningún ingeniero o especialista en el tema.

Para despertar mi imaginación he recurrido a una serie de vídeos, publicados también por Copenhagenize, aunque en otra entrada hace un par de días, sin comentar,  rodados en los años 30. Como se puede ver había ya coches, pero eran muy pocos, y no dictaban las normas de la carretera.

Pongo aquí uno rodado en 1932, que es el que me parece que ilustra mejor lo que viene a continuación (son 2 minutos):



Vamos allá:

1) No habría semáforos

Creo que el primer cambio notable sería esperar que apenas hubiera semáforos en las ciudades para regular el tráfico. Esta idea me viene la lectura de esta entrada en el blog La Ciudad Viva. Entiendo que esto sería así por varias razones a) cuando se circula a velocidades inferiores a 20 km/h la gravedad de los accidentes se reduce de forma drástica (como ilustra la infografía que se incluye a continuación); b) cuando se circula a velocidades reducidas y ocupando un espacio pequeño de la calzada hay un gran margen para rectificar la trayectoria; y, c) en la bici hay mucho contacto visual por lo que dos o más personas que se cruzan establecen una interacción comunicativa que puede resolver un cruce sin peligro (esa es también una de las razones por las que se liga más en bici que en coche).

En determinadas ciudades, en determinados momentos del día, en algunos puntos específicos, sería esperable que el tráfico fuera regulado por guardias de tráfico, que son capaces de regular flujos de tráfico complejo con mayor eficacia que los semáforos, como se ve en el vídeo de Copenhague.

En cualquier caso, entiendo que es probable que la ausencia de semáforos permitiera mejorar las actuales velocidades medias de desplazamiento.




2) No habría pasos de cebra

Tal y como analiza Bike Snob NYC la idea de regular el paso de los peatones por lugares específicos (pasos de cebra), con o sin apoyo de semáforos, está ligada al desarrollo del tráfico de motor. Hubo que realizar una fuerte campaña de medios, desarrollar normativas e introducir nuevas infraestructuras para convencer a la gente de que debían pasar por lugares muy específicos. A los que no cumplían se les empezó a llamar "jaywalkers" (aquí se puede traducir como peatones imprudentes, aunque según la wikipedia el término en su origen se relacionaba con lo que llamaríamos paleto). Es decir, la estrategia consistió en empezar a insultar a las personas que caminaban, hacerles sentir miedo y responsabilizarles de que les hubieran atropellado. También se inventó el término peatón.




Hasta entonces, en las ciudades, se acostumbraba a cruzar por cualquier lugar de la calle e incluso detenerse en la calzada a charlar como se observa en cualquier colección de fotografías urbanas antiguas. Aquí una de mi ciudad extraída del Nostre Alacant d'Antany.

"Álbum: LA POSGUERRA Y LOS SESENTA
Fotografía de Fco. Sánchez de 1954. A la izquierda una parada de taxis que hoy continua. Toda la Avda con los dos andenes centrales. Y en medio, reparto de mercancías por carro, bicicletas y moto


En la misma calle, hoy en día, ya no podemos ver a nadie caminar por la calzada, y resulta difícil encontrar un punto en el que esté permitido cruzar.
La misma avenida de Alicante (Alfonso X El Sabio) en 2012 en blog Caminos Verdes de Alicante

Sin embargo, ayer que era domingo, fui a esta calle a hacer una foto. Mi objetivo era mostrar que en los domingos cualquier calle de la ciudad se convierte en una calle tranquila (lo que hace de los domingos días perfectos para iniciarse en el uso de la bicicleta en la ciudad) dentro de la iniciativa "30 días en bici". Cuando he visto la foto con calma, me he sorprendido al ver algo:



La avenida estaba vacía de coches a las 10 de la mañana del domingo y ese vacío hace surgir comportamientos extraños. Es difícil de observar en la foto, pero en mitad de la calzada, a la altura de un coche de la policía, sin que haya paso de cebra, se puede ver a dos personas que practican el jaywalking. Peor todavía: a la derecha hay dos personas que están hablando sobre la calzada. La imagen de algún modo recuerda a lo que se veía en esta misma calle, unos años antes.





3) No habría stops

La famosa señal de stop sería sustituida por la de ceda el paso. De hecho leo en el magnífico libro de Pedro Bravo, que lleva por título Biciosos (sí, casi igual que este blog), que en Idaho los stops pueden ser interpretados, según la regulación, como cedas el paso por los ciclistas. De igual manera, se interpreta los semáforos en rojo como un stop. Esto se hace así de 1982, por lo que si es una barbaridad, llevan ya más de 30 años aplicándola. Pero no, no es una barbaridad y no ha causado mayor problema. Ambas medidas pueden parecer muy bestias para un conductor, pero son naturales para el que va en bici. Aunque no tengo forma de demostrarlo, esa ha sido mi idea desde hace muchos años, antes de leer a Pedro Bravo o de saber nada sobre Idaho. Es una excelente forma de resolver stops y semáforos para el ciclista, la que proporciona mayor seguridad y eficiencia.

Aunque sea otro tema, por si alguien tiene curiosidad: el término que da título a este blog, esto es, "bicioso" se le ocurrió a mi mujer, antes de la edición del libro de Pedro Bravo "Biciosos". Es así como me llama cuando hablo de bicis por el guasap y también cuando no puedo evitar girar la cabeza al ver pasar una bicicleta.



4) Habría muy pocas vías de sentido único

Al menos para los vehículos de dos ruedas. Esto es debido a que el espacio que ocupan los vehículos de dos ruedas es mucho más reducido. La ventaja práctica de esto es que se reduce de forma relevante las distancia a recorrer en los trayectos urbanos, esto es, una importante ganancia en eficiencia.

5) El casco no sería obligatorio

Obvio, ¿no?. Sólo a unos pocos les parece una buena medida en la actualidad (lástima que alguno de ellos esté en la dirección de la DGT) y de hecho no es obligatorio para los mayores de 16 años.

6) Sin límite de velocidad en la ciudad

No creo que hubiera necesidad de un límite explícito de la velocidad en la ciudad. Es lo que vemos en cualquiera de los vídeos de Copenhague (como el primero que he seleccionado). El resto de vehículos, incluidos los coches, no tienen más remedio que adaptar su velocidad a la de las bicis y éstas transitan despacio cuando se produce una aglomeración de bicicletas (ved más abajo sobre la masa crítica). Hasta un punto que cualquier conductor posterior a los años 50 consideraría inaceptable (sí, esa es la razón por la que los viejitos conducen despacio). En la bici son muy pocos los que pueden superar los actuales 50 km/h que se establecen como límite. La bici tiene un límite máximo de velocidad.



7) Reducción de las señales y pintura en la calzada

Ya hemos hablado de que indicaciones como la del paso de cebras serían menos necesarias, pero también lo serían muchas más de las líneas que se pintan en la calzada (como aquellas que indican dónde detener el vehículo o incluso las que actúan como líneas divisorias de los carriles). Los vídeos son de los años 30 y no había apenas pintura en la calzada. Se puede pensar que por aquel entonces no se invertía lo suficiente o también que no eran necesarias. En varias de las imágenes vemos a los ciclistas (y a los pocos coches que circulan) invadiendo las vías de los tranvías, tanto longitudinalmente, como trasversalmente. ¿Por qué?. Se trata de un medio de transporte que va sobre carriles, con paradas pautadas, a velocidad baja y predecible. Hasta un niño de cinco años puede adivinar cuándo y por dónde debe pasar un tranvía (¡que traigan a un niño de cinco años! G. Marx).


8) Puede que hubiera rotondas (aunque se llamarían glorietas)

Nadie dijo que un mundo dominado por las bicis fuera a ser un paraíso. De hecho, las rotondas podrían seguir siendo una (buena) solución para regular cruces con alta densidad de tráfico. Es un invento que aunque pensado para el tráfico a motor parece haberse pensado para bicis (lo que quiero decir es que funcionaría mejor con sólo bicis que con sólo coches). El principal problema que tienen las rotondas con coches es la velocidad a las que las toman los coches. Hasta tal punto que una velocidad alta provoca colas. Si conduces, te sugiero un pequeño experimento. Prueba a circular despacio por la rotonda y verás como ofrecerás la oportunidad a varios coches de entrar en ella. Recorre más tarde la misma rotonda más rápido y apenas podrán salir unos pocos valientes. Sí, tú mismo eres la causa de la cola o atasco que se forma al llegar a una rotonda.

¿Qué ocurriría con las rotondas para bicis?, pues que como se circula más despacio, pueden absorber y distribuir más vehículos y como las bicicletas son pequeñas y no tienen puntos muertos es más fácil que se crucen de carril sin impactar y caben más dentro de la rotonda.

El problema de la velocidad y los cruces de carril de los coches ha llevado a algunos ingenieros de rotondas a combinar lo peor de dos escenarios satánicos: la rotonda con semáforos.

Fuera de tema: las rotondas actuales, las pensadas para coches, son una trampa mortal para ciclistas. Si llegas a ellas por la calzada, porque el poco arcén que pudiera tener la calle o carretera desaparece y además se añade un bordillo con el que poder tropezar. Si es uno de esos sitios en los que hay un carril bici concéntrico, porque en España todavía es impensable que un coche vaya a detenerse en el paso de cebra por el que transita la vía ciclista. El escenario más tenebroso posible es encontrarse en el interior de una rotonda con un bus o un camión. En mi experiencia personal puedo decir que es lo más cerca de la muerte que me he visto nunca. Nunca más entraré en una rotonda cuando pueda coincidir con ellos.


9) Personas con movilidad reducida

Los vehículos de personas con movilidad reducida, como sillas de ruedas, scooters, etc, podrían estar autorizados a circular por la calzada, lo que supondría una importante ganancia en términos de movilidad y seguridad.

10) Menores de edad.

Los menores harían uso de la calzada con toda normalidad para ir al cole, a las actividades extraescolares (no habría que llevarles a kárate) o para sus actividades de ocio desde el momento en el que fueran autónomos.

Otro vídeo de Copenhague, encontrado en el mismo blog antes mencionado, pero este de 1923.




Y todo esto ¿por qué?


¿Por qué creo que las normas cambiarían en el sentido que he apuntado?. En mi opinión, la transformación de las normas está relacionada con varios elementos: a) la menor velocidad de circulación, b) el menor uso del espacio, c) la importancia de aprovechar la energía cinética cuando se va en bicicleta, d) el menor peso de la bicicleta como vehículo,  y e) el fenómeno conocido como masa crítica.

Casi todos estos componentes actúan en el mismo sentido, ya que reducen la gravedad de los posibles accidentes. Por otro lado, otras características como el menor uso del espacio (y la mayor visibilidad) favorecen un uso más flexible de la calzada. Con el término masa crítica, que aquí uso en un sentido muy amplio, quiero hacer referencia a que, a partir de un determinado número de personas (en este caso ciclistas), sus pautas de comportamiento se convierten en norma social. Como apunta el libro de Pedro Bravo, fue usado por primera vez aplicado a la bici (con un sentido más concreto) en el documental Return of the Scorcher (Dir. Ted White, 1992) para describir la capacidad que tenían los ciclistas en China, cuando se acumulaban en los cruces, de acabar parando el tráfico motorizado. He encontrado el documental y el fragmento. Verás cómo se acumulan ciclistas en el cruce y cómo detienen el tráfico. Aquí lo tienes (del minuto 5.40 al 6.30):




4 comentarios:

  1. Lo movemos: http://ibilbideak.euskadi.net/foroa/viewtopic.php?p=2694#p2694

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  2. Muy bueno, muy interesante, muy ameno, como todas tus entradas, pero esta más aún por lo que conlleva, con tu permiso lo comparto en mi facebook. Un saludo de otro "bicioso"

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    1. Hola Manuel, muchísimas gracias por tus palabras. Me alegra mucho que te haya gustado. Por supuesto, encantado de que lo compartas. Salud y pedal, Daniel

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