Beatles Bike

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viernes, 30 de octubre de 2015

Promover la bici para vender coches


¿Bicis contra coches o bicis y coches?. ¿Hay enfrentamiento entre el activismo ciclista y la industria automovilística o confluencia?. Creo que está claro, sin embargo, voy a optar por la respuesta arriesgada. Voy a apostar por defender la idea de que la industria del automóvil podría estar interesada en promover la bici como forma de mejorar sus cifras de negocio y de beneficio
Me he vuelto loco, otra vez, pero me encantan los ejercicios de imaginación. Dejad que ensille a Rocinante. Voy por puntos:


1) Más bicis y más coches
Los países ciclistas por antonomasia serían los Países Bajos y Dinamarca. Así lo confirman los datos del Eurobarómetro de movilidad elaborado por Eurostat.
Holanda es la primera de la lista con un 43% de su población usando la bici a diario, seguida de Dinamarca con un 30%. España, casi al final de la lista, alcanza un 4%.
Lo interesante es que estos países ciclistas son también países con un alto uso del coche de forma cotidiana. Mientras que en España lo usa a diario el 38%, el porcentaje llega al 47% en Países Bajos y al 58% en Dinamarca.
La razón de este doble resultado es sin duda complicada, pero habla más de la complementariedad de estos medios de transporte que de su competencia: la bici como medio útil para el medio urbano o desplazamientos cortos y el coche para desplazamientos interurbanos. 
Si se ve en términos de propiedad, España y Países Bajos cuentan con un nivel similar de coches privados por 1000 habitantes, siendo la flota de los Países Bajos un poco más joven (Dinamarca no proporciona datos).
Los datos de venta de coches y de bicis también van a la par: en aquellos países donde se venden más bicis, también se venden más coches. Por cierto, se venden más bicis que coches.

Fuente: Daily Mail, 29 oct 2013


Seguro que debe haber más aspectos a considerar, pero al menos en Europa, más bicis no significa necesariamente menos uso del coche o menos coches, sino también puede ser lo contrario.


2) La bici lava más blanco
El automóvil, desde el punto de vista de la sostenibilidad, tiene un grave problema de imagen y uno todavía mayor de emisiones. El primero es más fácil de resolver. El truco es más viejo que la publicidad. Mira este anuncio de Opel (¡bravo!). Cuando tu producto no concuerda con la imagen que quieres vender, lo que haces es asociarlo con algo que sí tiene esa imagen ecológica (y además es amable, silenciosa, saludable, chic...).

La bicicleta eléctrica de Volkswagen lava más blanco. 

No sólo Opel y Volkswagen han entrado en el juego. Aquí las ebikes de BMW, Audi, Mercedes, Smart, Peugeot  y, si sigo buscando, de todos los demás. Además de bicis eléctricas, cualquier marca de coche tiene su línea de bicis o prototipos de bicis. Por otro lado, es frecuente que las empleen como elemento decorativo de fondo en los anuncios para transmitir una idea de ciudad amable. Incluso la bici se convierte en el argumento para vender el coche. Mira el siguiente:



3) Ampliar el catálogo de productos
En un empresa no importa tanto lo que se vende como la cifra de negocios y el beneficio. Al panadero le interesa sostener su negocio y que crezca. Si eso ocurre vendiendo pan, bien, si lo alcanza ofreciendo café, pues bien también. Lo que haga falta. Para qué se va a conformar Peugeot con vender coches cuando puede vender coches y bicis (que pueden llegar a valer tanto o más que un coche). Michelín probablemente se pueda limitar a vender neumáticos de coches, pero también puede vender neumáticos de bicis. Garmin preferirá vender navegadores GPS de coche y de bici, y así.
Bibendum, el muñeco de Michelín: al nacer estaba compuesto por neumáticos de bici

4) Acabar con la competencia
La historia del automóvil es la historia de un éxito. Ha acabado con el resto de  medios de transporte. Históricamente lo hizo con los caballos y las bicis, después ha liquidado el tren, el autobús, el tranvía y hasta el metro hasta convertirlos en medios de último recurso. Paradójicamente, la principal competencia del coche, hoy por el hoy, es el propio coche. La acumulación de automóviles crea problemas como bajas velocidades medias de circulación, accidentes, atascos, dificultades para encontrar aparcamiento y con ellos decrece el placer de conducir.  Lo ideal para el conductor es encontrarse con niveles de tráfico asumibles. Es lo que ocurre (salvo puentes y fechas señaladas) en las carreteras y autovías, pero en las ciudades hay un grave problema. ¿Cómo resolverlo?. Miren la forma de resolverlo en este vídeo de Copenhague: las bicis se atascan, los coches fluyen.


5) Si hay alternativas, hay distinción
La expansión del automóvil lo convierte en un bien vulgar, que no produce distinción social, hasta el punto que las generaciones más jóvenes prefieren expresar su estatus por otros medios (esta frase queda fea, ya que nadie reconoce que consume para ubicarse socialmente, pero pasar pasa). Si hay alternativas, tu opción de consumo a favor del coche vuelve a recuperar este valor de distinción social. Además, cuando el uso no es urbano, sino para el espacio interurbano cobra más sentido comprar potencia, espacio o capacidad para circular por cualquier terreno (es decir, los vehículos más caros). Se pierde el valor como utilitario y aumenta el sentido deportivo y ligado al ocio. Vamos allí donde todo vendedor quiere estar: emociones frente a racionalidad. BMW ya está en ello:


 Spot "Cuando conduzcas, conduce" de BMW

Este es el texto de presentación del vídeo: "Hoy, que vivimos en los tiempos del carril bici y el carsharing. Hoy, que puedes hacer casi cualquier cosa sin moverte de casa. Precisamente hoy, te decimos que cuando conduzcas, conduce"


6) La bici es sistémica
La bici suele ser presentada como antisistema, pero ¿por qué?. ¿Qué parte del sistema pone en cuestión?. La bici permite recorrer un radio de distancias bastante amplio. En distancias inferiores a 5 kilómetros dentro de la red urbana es muy competitiva (por ejemplo, en tiempo y coste económico), pero para el ciclista urbano habitual recorrer ocasionalmente distancias superiores no supone ningún tipo de reto (hasta 10 o más kilómetros se puede ver como una distancia muy asequible). Un radio de 5 kilómetros es suficiente para contener una ciudad de varios cientos de miles de habitantes y con 10 se puede llegar a superar el millón. Esto significa que la bici es compatible con el modelo urbanístico imperante en los últimos tiempos: el modelo de creación de distancia. Los urbanistas lo suelen criticar y defienden propuestas basadas en el principio de reducción de distancia: ciudad compacta, combinación de usos en el espacio urbano frente a especialización, etcétera, pero su discurso no suele tener mucho éxito en los hechos. En lugares como España se ha impuesto la lógica de los promotores, de las grandes superficies e, incluso de la administración que, por ejemplo, crea grandes hospitales y universidades alejadas de los centros urbanos. Allí donde ha triunfado la bici no se ha roto con esta propuesta urbana. Se puede decir que los Países Bajos, por ejemplo, han cuidado muy bien sus ciudades, con centros compactos, especialmente en los últimos tiempos, pero durante décadas experimentaron igualmente procesos de desarrollo suburbano y exourbanos (similares a los de EE.UU). Sin embargo, en las afueras de las ciudades holandesas no dependes exclusivamente del coche al estilo ibérico o americano. Sus infraestructuras ciclistas suburbanas son igualmente excelentes. Lo que sirve, por ejemplo, para garantizar la movilidad de más miembros de la familia (que no tienen que ser conducidos porque se conducen solos a consumir, al cole, a las actividades deportivas, etc.). La bici es así perfectamente compatible con el uso extensivo del espacio y complementaria del coche del que no se prescinde. Industria del automóvil, construcción y bicis pueden ir tranquilamente de la mano.

Grandes carreteras y autopistas, abundante espacio para parking de coches, grandes superficies comerciales.... sí, es Holanda (fuente)



Hay una conclusión
En este caso sí que propongo una conclusión. En mi opinión, la industria del automóvil podría encontrar en la promoción de la bici lo que necesita, aunque parezca paradójico. Otra cosa es que lo vaya a hacer. La cuestión es si al activismo ciclista le interesa este hipotético viaje. Creo que habría dos posturas. Por un lado, quienes defienden mejores infraestructuras para las bicis porque disfrutan de la bici (y la valoran por diferentes motivos: turismo, transporte, deporte, ocio...) que no tendrían mucho problema en ir de la mano de la industria, siempre y cuando mejoren sus infraestructuras (pulsa el enlace anterior para encontrar uno de sus defensores). Por otro lado, encontraríamos a quienes apuestan por la bici como solución ecológica (para reducir emisiones, frenar el cambio climático, etc.) y que por tanto no pueden estar interesados en ir de la mano de la industria del automóvil. Para ellos, la estrategia adecuada no sería mejorar, sin más, las infraestructuras ciclistas, sino que debería, en todo caso, acompañarse de otras propuestas (o incluso precedido de otras propuestas: por ejemplo, restringir el uso del coche y que como consecuencia se opte por la bici) o, incluso, desentenderse de la bici y apostar por medios de transporte verdaderamente antisistema: como caminar (mira aquí un ejemplo de este argumento). Crear (o fomentar) estas divisiones entre el activismo ciclista puede ser otro motivo de interés para promover el uso de la bici desde la óptica de la industria.
Necesito a Sancho para saber si veo gigantes donde hay molinos.

miércoles, 28 de octubre de 2015

El ángel de la guarda de Opel

He visto este anuncio de Opel en la tele. Describe la siguiente historia: un coche, ocupado por una pareja, conducido por él, circula por un camino por el bosque, se cruza un ciervo, dan un volantazo, chocan contra un árbol y se pone en marcha un servicio de teleasistencia, la mujer pregunta aturdida y el hombre, seguro, sonriente, dominando la situación, explica que es su "ángel de la guarda", ella se siente confortada por tanta protección.


El impacto es fuerte, va precedido de un violento frenazo, volantazo, transmite velocidad, saltan los airbags (la recreación es propia de una película de acción) y se puede entender que el servicio de teleasistencia es una garantía de seguridad frente a imprevistos, especialmente cuando pierdes el conocimiento, estás aislado o el coche queda inservible.

También se puede leer la escena de otra manera: un tío conduce a una velocidad inadecuada para las condiciones de la vía (estrecha, sinuosa, sin pintura). Va confiado pues le han convencido de que se mueve en un vehículo seguro (con airbags, teleasistencia, control de estabilidad, ABS, etcétera). No disfruta del camino, ni del bosque, ni de la compañía, porque está ocupado expresando su virilidad mediante la asunción de riesgos estúpidos. Como resultado, se da un tortazo tremendo, habiendo podido causar daños serios a su pareja (al menos de tipo cervical) [por cierto, el tipo sonríe y ni le pregunta cómo está después de haberle provocado semejante "accidente": todo un ejemplo de educación sentimental masculina].

Podemos imaginar la escena rebajando el nivel de masculinidad casposa. Conduce cualquiera de los dos, van despacio por el bosque, se encuentran un ciervo, frenan, no hay volantazo, no hay servicio de teleasistencia, lo miran, le hacen una foto. No hace falta ángel de la guarda pues saben cuidarse solos.

Me imagino la escena en bici, pero con toque cavernícola. Una pareja va por el campo, él empieza a hacer el cabra y no le pasa nada, pero se despista al ver un ciervo y se cae o se la da contra un árbol al que no le ocurre nada. Él recibe un golpe contra el manillar (sí, ahí). Ella se muere de la risa o quizá se calla, pero murmura, "por hacer el gilipollas". Hace una foto mientras se retuerce. Él, entre lamentos, alcanza a decir que no la envíe por el whatsapp a los amigos (sin saber que no hay cobertura).

Manillar (Fuente)

Hay más historias posibles. ¿Cuál es la tuya?

Fuente
 

miércoles, 21 de octubre de 2015

La maldición del Tour (o cómo el ciclismo mata el gusto por la bici)

Ha caído sobre el mundo ciclista una maldición que no puedo por menos que llamar la "maldición del Tour", pues en la referencia al Tour de Francia y del ciclismo profesional tiene su origen. Consiste en crear toda una parafernalia para evitar caer en la idea de que para ir en bici, sólo hace falta una bici. Se compone de varias leyes que ahora enumero, no sin antes aclarar que yo también he quedado por ella maldito:
 


Comprarás una bici lo más parecida posible a la de un profesional 
  • Adoptarás la postura aerodinámica de un campeón de veintipico años, aunque de esa edad no quede en todo tu ser más que un leve recuerdo en tu memoria. 
  • Elegirás componentes como si después de cada salida tuvieras un mecánico de equipo a tu servicio.
  • El único material válido para tu bici será el carbono: en defensa del plástico, despreciarás las propiedades de cualquier otro material, incluido el acero y el aluminio. Además el plástico flota (mira las imágenes).
  • Por unos gramos de peso en el cuadro estarás dispuesto a sacrificar tu salario de varios meses.  
  • Evitarás todo complemento ajeno a la práctica profesional, como guardabarros (aunque suponga renunciar a la bici los días de lluvia), portabultos (la mejor manera de evitar la tentación es que el cuadro no tenga roscas para los tornillos) o, incluso, luces (aunque tengas que acabar comprando unas chungas). Jamás, jamás, jamás pondrás un timbre.
  • Por supuesto, tu bici llevará calas, pues un profesional sólo pedalea.
 

Las bicis de plástico flotan, aunque sean gordas

La clásica Gante-Wevelgem: las bicis de plástico de los pros también flotan


 
La bici es un deporte
  • Las formas no deportivas de ciclismo no existen: la bici como transporte, hacer turismo con la bici (y encima lo llaman cicloturismo), la bici para pasear o la bici como medio de trabajo.
https://twitter.com/GasolFoundation/status/603594031336062978
Gasol dice: "Quién se apunta a montar en bici? Es una manera genial de salir y hacer ejercicio en verano",
luego la bici es deporte. Alguien tan grande no puede estar equivocado.

 
Tus salidas serán "entrenos"
  • Para matar el goce de tus salidas en bicicleta, las llamarás entrenos. (Añadido: es clave que emplees la palabra entrenos, en lugar de entrenamientos y así también asestas una puñalada a la lengua, además el término está glosado por la RAE). 
  • Entrenarse consiste en guiarse por pautas estrictas que has de cumplir. Así, en la fase de adaptación cardiovascular no vale picarse, hay que rodar: olvídate de esa montañita seductora, entrena sólo con tu monitor de actividad con pulsómetro, potenciómetro y GPS (los compañeros te pervierten), evita las salidas muy cortas (que no producen efectos de adaptación) y las muy largas para evitar efectos de sobreentrenamiento. No cuenta el destino, ni la ruta, sino el programa de "entreno".
Serás competitivo
  • La bici es competición. Tienes que superar a quien te encuentres (excepto si estás en la fase de adaptación), en especial, a ciclistas de otras edades, al ciclista que has atisbado unas curvas por delante, a los que van en otro tipo de bici y a todos los que te encuentres por la ciudad (estos son fáciles, porque suelen pensar en términos de seguridad y/o no tienen tu estado de forma y, si no, basta con ir por la calzada y saltarte los semáforos). 
  • Olvidarás, como en las pelis del Oeste, que siempre hay alguien más rápido. Pero si te encuentras con un grupo o ciclista más rápido, debes decir que llevas mucho sin entrenar.
  • Las formas no competitivas de ciclismo no existen (paseo, turismo, transporte...), por lo que tu desprecio se dirigirá hacia las  formas competitivas de ciclismo. Si lo tuyo es la carretera, despreciarás el MTB, el BMX, el bicicross, el trial... pero respetarás la pista.
  • Te apuntarás a pruebas ciclistas no competitivas para competir. En ellas lucharás por ser el primero de los no dopados en tu categoría oficial. Tu categoría real no existe: por ejemplo, padre de cuarenta tacos con dos hijos pequeños que curra más horas que un reloj.

Cartel de la prueba ciclista No competitiva "el tour del juguete"




Adoptarás una dieta ciclista
  • Tomarás geles, bebidas isotónicas y fórmulas de recuperación para garantizar aportes vitamínicos, minerales, aminoácidos y proteinas, etc. en cantidades suficientes para engordar como un cerdo a la espera de su San Martín (la reducción de peso la debes aplicar sobre la bici).
  • Negarás que los componentes anteriores engordan, porque lo que engordan son las grasas y los hidratos, si no sabes comerlos en función de su aporte glucémico y en el momento y cantidad indicado.
  • Martirizarás a tu entorno sobre el momento adecuado para tomar pasta integral o blanca (no es lo mismo). Cuando lo aprendan, les dirás que la pasta es una mierda y que hay que tomar patatas hervidas. 
  • La versión inyectable de las fórmulas de recuperación es el paso necesario para que aceptes el doping con naturalidad.
¿Has probado la maldita carb cycling diet?

Monitorizarás tu actividad
  • El proceso es rápido y acumulativo. Empiezas midiendo el tiempo, luego los kilómetros, después añades todo tipo de indicadores: pulsaciones, calorías, cadencia, vatios. No obstante, el único dato que harás público de todo lo anterior son los kilómetros.
  • Nunca sigas el proceso inverso a lo indicado en el punto anterior, pues puedes caer en la tentación de guiarte por sensaciones.
  • No importa qué ruta has hecho, qué has visto, sino cuánto has recorrido.
  • Todo debe quedar registrado en alguna app donde puedes observar tus rutas, tus cifras y las de otros. ¡Esto es una competición!


Endomondo mide tu actividad en hamburguesas quemadas 

Por la bici sacrificarás la bici
  • El entrenamiento correcto no siempre se hace sobre la bici. La carretera es demasiado imperfecta para monitorizar tus entrenamientos. Recurrirás al rodillo o al spinning (parece ciclismo, pero no lo es) para entrenar.
Ciclismo indoor con ropa outdoor



Adoptarás un look profesional
  • Has de vestir de lycra, aunque sólo sea una vestimenta aceptable sobre la bici. Vas en bici, no vas de visita, ni de excursión, ni a comer en un restaurante. Parar en un bar es excusable cuando lo haces con toda la grupetta (aunque eso os clasifica como un grupo dominguero poco competitivo).  
  • Debes llevar zapatos con cala, que no permitan caminar, sólo pedalear. Ver punto anterior.
  • Si no llevas casco, gafas o guantes, vas mal, aunque se puede soportar, pero no puedes salir sin culotte, sin maillot de lycra o sin zapatillas con cala.
  • La bici es una actividad en sí misma. Siempre hay que plantear una ruta de ida y vuelta. Con la bici no vas a ningún destino intermedio: por ejemplo, no vas a la playa.
  • Ahora se acepta que lleves barba, incluso puede estar bien visto. 

Sometidos al código de vestimenta ciclista


Pagarás por lo que es gratis
  • Te apuntarás a pruebas (ciclo)turistas "no competitivas" por el placer de la competición. Al día siguiente podrías hacer la misma ruta gratis, probablemente con menos tráfico, pero sin nadie con quien medirte. 
  • No harás la ruta si no puedes pagarla. Te apuntas a la Quebrantahuesos, no sales seleccionado en el sorteo y pasas de ir a hacer la ruta porque te ahorras la inscripción y el sobrecoste de los hoteles en esos días. A pesar de eso, los puertos siguen allí esperando.
La Quebrantahuesos


La maldición es poderosa. Pocos escapan de ella. Consigue que una actividad que potencialmente podría hacer prácticamente todo el mundo (ir en bici), la hagan unos pocos, porque "no encajo", "no es lo mío", "no me va". Puede ser más fácil. 

Bicioso de hace años en los Lagos de Covadonga (con chándal, gorra y zapatillas "de deporte").
¿Globero antes que bloguero? ¿No ciclista?


jueves, 15 de octubre de 2015

Cochecentrismo

El vídeo ha rodado como un tiro en las redes ciclistas. Muestra la hora punta en Copenhague, en un cruce. El número de ciclistas supera al de coches.  En los comentarios se puede oír hablar sobre el triunfo de las bicis ("bikes rocking the world!"). Hay quien dice que así debería ser en todas partes.



Me está pasando lo mismo que con la película Titanic, algo que me debería gustar (en el caso de Titanic, conmover), me produce lástima (en el caso de Titanic, risa). Está claro que soy un monstruo. Por suerte, donde habitan los monstruos, hay blogs, así que tengo la oportunidad de expresarme:

- Las bicis cuentan con una magnífica infraestructura en Copenhague y me gustaría tenerla al menos similar en mi ciudad, pero en este vídeo ha muerto de éxito y está saturada.
- Si la infraestructura para las bicis es buena, en este vídeo, la de los coches es mil veces mejor. Los coches fluyen, las bicis se atascan. Lo racional me parece que sería optar por el coche.
- La distribución del espacio no es proporcional al número de usuarios. El tráfico a motor cuenta con tres carriles: para girar a la izquierda, a la derecha o seguir recto, mientras que el carril ciclista es mínimamente más amplio a la altura de la intersección.
- La saturación del carril bici crea dos comportamientos. Uno, legal, de invadir la calzada (pero, lo hacen muy pocos). Otro, ilegal, de invadir la acera (lo hacen muchos más). Los perdedores son los peatones.

En sitios como Dinamarca se va más en bici que en España, se camina menos, se usa menos el transporte público y ¡se va más en coche que en España! (ver Eurobarómetro, de Eurostat). Es decir, buenas infraestructuras ciclistas no implican necesariamente mejorar la movilidad peatonal, ni reducir emisiones. Viéndolo por el lado bueno, quizá el modelo de Copenhague sea un buen sistema para reducir emisiones en las áreas urbanas y para aumentar la movilidad de toda la población, pero tiene efectos colaterales lo suficientemente importantes (los que apuntaba) como para pensar que necesitamos otro modelo: ¿se puede hacer desde parámetros no cochecentristas?. A mí, esto no me sirve, así que me voy donde habitan los monstruos.

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El vídeo sólo muestra un cruce, durante unos minutos, por lo que cualquier comentario que se haga sobre la movilidad en Copenhague, incluido este, está sometido a un importante sesgo.