Dedicado a Ormaetxea
El ciclismo es un deporte peligroso. Por definición, así que no hace falta que sigas leyendo el texto que sigue.
Tengo fuertemente interiorizada esta idea, tanto, que como se puede ver en este blog, el tema de la seguridad es recurrente.
Mi deformación profesional, me lleva a ajustar mis ideas a los datos. Se supone que debo hacerlo, aunque en realidad en mi ámbito, el académico, muchos preferimos escoger los datos que se ajustan a nuestras ideas (aunque no lo confesemos).
Así que me ha sorprendido ver esta noticia de ABC que habla de los ciclistas profesionales que han muerto durante la práctica de su deporte desde 1934 hasta 2012.
El dato:
El dato cuestionado:
Es probable que ABC no haya elaborado una lista exhaustiva y que no incluya todos los fallecimientos de ciclistas en el mundo, aunque incluye casos de Venezuela, Vietnam y Colombia, todo los demás son casos en países de Europa y parece que el ciclismo español está muy sobrerrepresentado, aunque ciertamente en el ámbito profesional ha sido uno de los países más destacados.
El dato en su contexto:
Se suele decir que un ciclista profesional supera los 30.000 kilómetros al año. También hay que considerar que el total de ciclistas profesionales es variable según el año. Por ejemplo, aquí se señala que en 2011 había más de 40 equipos en la categoría Pro Tour y Profesional Continental, aunque ahora hay menos. La plantilla de un equipo de esta última categoría suele superar la veintena. Por ejemplo, el modesto equipo africano MTN-Qhubeka cuenta con 22 ciclistas. Sin embargo, el mejor equipo del mundo, el Movistar, cuenta con 28. Es decir, siendo conservadores y sin considerar otros colectivos que incrementarían el número de ciclistas profesionales (por ejemplo, estoy excluyendo a las mujeres, aunque la noticia de ABC sí que las incluye, lo que pone de manifiesto que ABC es más feminista que yo). También excluyo otros profesionales del ciclismo (los que no son de carretera). Referidos a los profesionales hombres en el ciclismo de carretera, estamos hablando de unos 800 ciclistas, que recorrerían, al menos 24 millones de kilómetros al año. Cuando hablamos de los años 30 del siglo pasado el número sería menor.
El dato desmenuzado:
La lista de ABC incluye muertos en competición y entrenamiento. También incluye un caso en el que el ciclista fallece mientras conducía en coche para dirigirse a un entrenamiento. La mayoría de las 54 muertes (no contamos la del caso del coche) son en competición y un total de 17 durante los entrenamientos. De estas 17, hay que considerar que varias están relacionadas con complicaciones en la salud de los ciclistas (paradas cardiorrespiratorias principalmente). Los accidentes de tráfico o las colisiones de vehículos a motor se mencionan en 12 casos.
Si nos fijamos en los últimos 10 años de la serie (de 2003 a 2012), por ser los datos probablemente de mayor calidad y por referirse a un período en el que el volumen de tráfico y el número de profesionales es similar al actual, hablamos de un total de 9 casos de accidentes de tráfico, 3 de ellos de mujeres y 6 de hombres, 1 de ellos en España.
Es decir, la lista, con todos sus defectos, incluye 6 casos de accidentes de tráfico mientras entrenaban en ciclistas profesionales hombres. Considerando que los ciclistas profesionales hombres habrían recorrido entrenando al menos unos 60 millones de kilómetros en esa década (cifra muy conservadora, pues se calcula que los kilómetros recorridos en entrenamiento son muchos menos que los recorridos en competición, 1 de cada 4) hablamos de un accidente por cada 10 millones de kilómetros recorridos. Si estimo que hago unos 3500 kilómetros al año para ir al trabajo, tendrían que pasar 2.857 años pedaleando al trabajo para igualar dicha probabilidad. Es decir, alguien nacido 800 años antes de Cristo, que siga en activo y haya pedaleado todo este tiempo para ir al trabajo (pese a que la bici no se hubiera inventado), se la ha jugado (sobre todo desde que se inventó el coche).
Todo esto me lleva a la conclusión lógica con la que abríamos esta entrada: hablamos de una actividad peligrosa, de alto riesgo.
* * * * * * * * * *
ANOTACIONES:
Por supuesto, todo esto implica muchas simplificaciones y asunciones no realistas, además de los problemas de calidad de los datos y el carácter conservador de algunas estimaciones. Por ejemplo, un ciclista profesional suele circular a velocidades más altas que las que alcanza un ciclista urbano, por lo que el riesgo de accidente y las consecuencias del mismo son peores (de ahí que se recomiende el casco o incluso llegue a ser obligatorio para los profesionales y no lo sea para circular en ciudad), por otro lado, los ciclistas profesionales no suelen emplear carriles bicis protegidos porque estos no están diseñados para su velocidad de circulación y suponen múltiples cruces y paradas que rompen el sentido del entrenamiento (además de aumentar el riesgo de colisión), de igual modo, conviven más con el tráfico pesado y veloz (el tráfico de carretera).
Tampoco se ha ofrecido información comparativa. Para el conjunto de vehículos, por ejemplo, las estimaciones por kilómetro recorrido son inferiores en España (0,6 fallecidos por 100 millones de vehículo-km en 2012 en vía interurbana) por lo que la exposición por km. recorrido es menor aunque también es cierto que son muchos los que recorren más de 3500 kilómetros al año en coche (lo que incrementa la exposición).
Sin embargo, la probabilidad de los hechos no nos dice nada sobre los hechos que finalmente acaban aconteciendo y es que el pasado no explica el presente, ni el futuro, además, las probabilidades calculadas a partir de datos grupales no son aplicables a los casos individuales o a grupos específicos. Se trata de una falacia (una falacia que no suelen entender los que argumentan en contra de los estudios ecológicos aduciendo la falacia ecológica). Este tema lo traté en otra ocasión, en otro blog, bajo el título de "cuervos blancos". Lamentablemente, hoy mismo, al escribir esta entrada, he llegado a la noticia de otro caso de ciclista profesional fallecido en dicho período, aunque no sobre la bici, sino en su coche. Se trata de Ormaetxea. Junto al caso de Tondo que aparecía en el listado de ABC se trata de 2 muertes de ciclistas profesionales relacionadas con el uso del coche, frente a 1 en bici, en 10 años en España.
El ciclismo es un deporte peligroso. Por definición, así que no hace falta que sigas leyendo el texto que sigue.
Tengo fuertemente interiorizada esta idea, tanto, que como se puede ver en este blog, el tema de la seguridad es recurrente.
Mi deformación profesional, me lleva a ajustar mis ideas a los datos. Se supone que debo hacerlo, aunque en realidad en mi ámbito, el académico, muchos preferimos escoger los datos que se ajustan a nuestras ideas (aunque no lo confesemos).
Así que me ha sorprendido ver esta noticia de ABC que habla de los ciclistas profesionales que han muerto durante la práctica de su deporte desde 1934 hasta 2012.
El dato:
- El total son 55 ciclistas en todo el mundo, según este listado.
El dato cuestionado:
Es probable que ABC no haya elaborado una lista exhaustiva y que no incluya todos los fallecimientos de ciclistas en el mundo, aunque incluye casos de Venezuela, Vietnam y Colombia, todo los demás son casos en países de Europa y parece que el ciclismo español está muy sobrerrepresentado, aunque ciertamente en el ámbito profesional ha sido uno de los países más destacados.
El dato en su contexto:
Se suele decir que un ciclista profesional supera los 30.000 kilómetros al año. También hay que considerar que el total de ciclistas profesionales es variable según el año. Por ejemplo, aquí se señala que en 2011 había más de 40 equipos en la categoría Pro Tour y Profesional Continental, aunque ahora hay menos. La plantilla de un equipo de esta última categoría suele superar la veintena. Por ejemplo, el modesto equipo africano MTN-Qhubeka cuenta con 22 ciclistas. Sin embargo, el mejor equipo del mundo, el Movistar, cuenta con 28. Es decir, siendo conservadores y sin considerar otros colectivos que incrementarían el número de ciclistas profesionales (por ejemplo, estoy excluyendo a las mujeres, aunque la noticia de ABC sí que las incluye, lo que pone de manifiesto que ABC es más feminista que yo). También excluyo otros profesionales del ciclismo (los que no son de carretera). Referidos a los profesionales hombres en el ciclismo de carretera, estamos hablando de unos 800 ciclistas, que recorrerían, al menos 24 millones de kilómetros al año. Cuando hablamos de los años 30 del siglo pasado el número sería menor.
El dato desmenuzado:
La lista de ABC incluye muertos en competición y entrenamiento. También incluye un caso en el que el ciclista fallece mientras conducía en coche para dirigirse a un entrenamiento. La mayoría de las 54 muertes (no contamos la del caso del coche) son en competición y un total de 17 durante los entrenamientos. De estas 17, hay que considerar que varias están relacionadas con complicaciones en la salud de los ciclistas (paradas cardiorrespiratorias principalmente). Los accidentes de tráfico o las colisiones de vehículos a motor se mencionan en 12 casos.
Si nos fijamos en los últimos 10 años de la serie (de 2003 a 2012), por ser los datos probablemente de mayor calidad y por referirse a un período en el que el volumen de tráfico y el número de profesionales es similar al actual, hablamos de un total de 9 casos de accidentes de tráfico, 3 de ellos de mujeres y 6 de hombres, 1 de ellos en España.
Es decir, la lista, con todos sus defectos, incluye 6 casos de accidentes de tráfico mientras entrenaban en ciclistas profesionales hombres. Considerando que los ciclistas profesionales hombres habrían recorrido entrenando al menos unos 60 millones de kilómetros en esa década (cifra muy conservadora, pues se calcula que los kilómetros recorridos en entrenamiento son muchos menos que los recorridos en competición, 1 de cada 4) hablamos de un accidente por cada 10 millones de kilómetros recorridos. Si estimo que hago unos 3500 kilómetros al año para ir al trabajo, tendrían que pasar 2.857 años pedaleando al trabajo para igualar dicha probabilidad. Es decir, alguien nacido 800 años antes de Cristo, que siga en activo y haya pedaleado todo este tiempo para ir al trabajo (pese a que la bici no se hubiera inventado), se la ha jugado (sobre todo desde que se inventó el coche).
Todo esto me lleva a la conclusión lógica con la que abríamos esta entrada: hablamos de una actividad peligrosa, de alto riesgo.
* * * * * * * * * *
ANOTACIONES:
Por supuesto, todo esto implica muchas simplificaciones y asunciones no realistas, además de los problemas de calidad de los datos y el carácter conservador de algunas estimaciones. Por ejemplo, un ciclista profesional suele circular a velocidades más altas que las que alcanza un ciclista urbano, por lo que el riesgo de accidente y las consecuencias del mismo son peores (de ahí que se recomiende el casco o incluso llegue a ser obligatorio para los profesionales y no lo sea para circular en ciudad), por otro lado, los ciclistas profesionales no suelen emplear carriles bicis protegidos porque estos no están diseñados para su velocidad de circulación y suponen múltiples cruces y paradas que rompen el sentido del entrenamiento (además de aumentar el riesgo de colisión), de igual modo, conviven más con el tráfico pesado y veloz (el tráfico de carretera).
Tampoco se ha ofrecido información comparativa. Para el conjunto de vehículos, por ejemplo, las estimaciones por kilómetro recorrido son inferiores en España (0,6 fallecidos por 100 millones de vehículo-km en 2012 en vía interurbana) por lo que la exposición por km. recorrido es menor aunque también es cierto que son muchos los que recorren más de 3500 kilómetros al año en coche (lo que incrementa la exposición).
Sin embargo, la probabilidad de los hechos no nos dice nada sobre los hechos que finalmente acaban aconteciendo y es que el pasado no explica el presente, ni el futuro, además, las probabilidades calculadas a partir de datos grupales no son aplicables a los casos individuales o a grupos específicos. Se trata de una falacia (una falacia que no suelen entender los que argumentan en contra de los estudios ecológicos aduciendo la falacia ecológica). Este tema lo traté en otra ocasión, en otro blog, bajo el título de "cuervos blancos". Lamentablemente, hoy mismo, al escribir esta entrada, he llegado a la noticia de otro caso de ciclista profesional fallecido en dicho período, aunque no sobre la bici, sino en su coche. Se trata de Ormaetxea. Junto al caso de Tondo que aparecía en el listado de ABC se trata de 2 muertes de ciclistas profesionales relacionadas con el uso del coche, frente a 1 en bici, en 10 años en España.
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