Leo en un mismo día (04/12/2013) en el diario Información (periódico de Alicante) la noticia de que mantener el servicio de autobuses interurbanos tendría un coste de 6 millones de euros al año y que la Fórmula 1 en Valencia (para ver ganar a Alonso o perder a su equipo) ha supuesto un coste al Consell de 300 millones de euros en 5 años (cifras aproximadas, pues tampoco se comunican con claridad). Dicen que los políticos gobiernan a corto plazo, con la vista en las próximas elecciones. En este caso, los datos parecen contradecir esta afirmación. El resultado de dividir 300 entre 6 es igual a 50 años de transporte público interurbano garantizado en la comarca de l'Alacantí. 50 años sin tener que recurrir a los impuestos para pagar este servicio. Probablemente más si tenemos en cuenta los costes financieros, el coste oculto en la Fórmula 1 (estamos hablando de la cantidad que aparece en un contrato que no contempla todos los gastos del evento) o si atendiéramos al sistema por el que se fijan los precios del servicio de autobuses (son contratos de empresas privadas con la administración). Y eso por no hablar de lo que supondrían 300 millones invertidos en la mejora de la red viaria para peatones y ciclistas: "Alicante, la ciudad ciclista del Mediterráneo". Nuestra Amsterdam del sur.
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